ESPIGA

Espiga que dorada acaricia el viento
suave movimiento de la brisa al pasar
te elevas airosa sabiendo que un fuerte soplo
pueda desnudar toda tu fragilidad.


Clavas tu mirada al frente
de los viñedos te vas a olvidar
aun queriendo estar con tu gente
en sueños tu imaginación dejas volar.

Ay espiga que distinto se ve todo lejos de los tuyos
cuando creiste tenerlo todo y ante ti se desvaneció
cuando por fin habías tocado el cielo
el alma en mil pedazos se destrozó.

Pedazos de cristales corrían por tus venas
sendas sogas ahogaban tu corazón
un río de lágrimas inundaba tu existencia
que inocente y silenciosa no encontraba explicación.

Clamaste respuestas al cielo
llorando de rodillas suplicaste al Señor
quien apoyó en tu hombro su mano
y una tierna mirada en la tuya clavó.

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