Siempre queda la huella del pasado y como no, la huella que deja el hombre por donde quiera que pase (papeles en el suelo, colillas, destrozos, pisadas, grandes obras maestras).
En nuestro caso de hoy, me refiero a la antigua base militar de Trapagaran.
A pesar de que ya no queden ni los anclajes de los cañones,siguen quedando los túneles subterráneos y ese aire con olor a pasado. Esas casas en ruinas llenas de insectos, heces y vacas.
En una de las fotos, se puede ver un escudo compuesto por cañones, balas y un casco militar. A su lado el año 1947 queda patente.
Hoy hemos soñado, hemos hipotetizado las aventuras que sortearían los hombres en cuyo pasado se sumerge este lugar.
Nos hemos adentrado por sus venas principales en medio de la oscuridad y sin linterna alguna, respirando la humedad envolvente, para recabar en su más profundo sentido, en sus escondrijos.
1 comentario:
Muy buenas fotos, efectivamente en ocsioens a las cabezas pensantes se les ocurre borrar todo atisvo del pasado poninedo por ejemplo un arking en esta zona. Esperemos que ahora que habrá un camino que discurra uniendo el pueblo con su dejado barrio, el ayuntamiento se plantee adecuarlo y hacer algo bonito.
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