Hasta en los pequeños detalles debemos ser un ejemplo a seguir para todos los chavales, sean hijos, alumnos o cualquier niño que no conozcamos y nos lo encontremos por ejemplo en el paso a nivel del tren con el semáforo en rojo. No importa su edad. Son como esponjas, todo lo que ven lo imitan, lo aprenden y acaban por interiorizarlo. Por eso, proporcionémosles un buen conocimiento desde su más profunda base.
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